Cobarde.

Lo admito. Yo soy de esas personas. 
Voy andando por la vida con el miedo como compañero.  Tengo miedo a los enfrentamientos,  a mis sueños y a infinidad de cosas más. 

No hablo de ese miedo que te entra al ver una cucaracha volar hacia tu cara. Hablo del miedo al fracaso,  miedo a no ser lo suficientemente bueno para algo o alguien,  miedo a discutir y expresar sentimientos. Miedo a parecer débil.

Soy una cobarde.  O quizás lo era.  El primer paso ante un problema es afrontarlo y aquí estoy yo,  admitiendo ser la persona mas miedosa del universo. 
Hay quienes me han dicho que es algo terriblemente malo,  que las personas siempre harán de mi lo que quieran debido a ese terror.  Pero,  ¿sabéis qué ? Soy de esas extrañas personas que deciden ir por la vida con una sonrisa,  aunque alguna vez se me escapa una lágrima,  confiando en la gente y pensando en que jamás me harán daño.  Soy de esas personas que ante una discusión cierro la boca y me como mis palabras por no herir al otro y evitar que siga hiriéndome a mi.
Llamadme cobarde por pecar de ingenua y seguir siendo una niña sin ganas de enfrentarse al mundo.  Por sonreír aunque duela. Llamadme cobarde si creéis que lo soy.  No os negaré que lo sea.