Siempre.

Llámame. No importa la hora ni el lugar.  Si estoy en compañía o durmiendo.  Nada importa.  Si me necesitas,  ahí estaré.  Quizás no presente físicamente,  pero sólo a un mensaje de distancia.

Solo dime "no estoy bien". Y no existirá el pasado,  ni los rencores ni nada.  Siempre estaré, como el perro apaleado que sigue amando a su horrible dueño.

Dime "te necesito" y si esta en mi mano moveré cielo y tierra para acompañarte.  Por regalarte ánimos y esperanzas,  y robarte sonrisas diciendo locuras.
Prometo ser seria cuando haga falta,  pero la vida ya es lo suficientemente dura como para no pintarle una sonrisa.

Jamás dudes en llamarme.  Jamás. Prometo ser una balsa en medio del océano cuando quieras alejarte de los problemas y la espada que empuñes cuando te enfrentes a tus miedos. 

Llámame cansina,  pero siempre estaré ahí.  Siempre.  Nunca lo dudes. Aunque no sea la mejor compañía y sea de lo peor dando ánimos a la gente.  Recogedora de lágrimas y donante abrazos de oso. 

Juro que siempre es SIEMPRE.