(te)

Cansada. Qué digo cansada.  Estoy agotada. Sobre todo mentalmente.  Necesito unas vacaciones de mi misma,  de mi vida.  Verlo todo desde otra perspectiva y aprender a vivir de nuevo.
Cansada de los latidos acompasados de mi pequeño motor, ya lesionado.  Cansada de este cerebro que ha decidido incrustarte en cada una de mis neuronas. Mi rebaño de ovejas cada noche es mayor y ya no queda hueco para ellas en el techo de mi habitación.  Las veo salir por la ventana al tiempo que me gritan un fuerte,  "nos veremos en breve" y ahí están, cada noche, puntuales a nuestra cita.  Cansada de no dormir y oír el segundero del reloj.  Tic tac,  tic tac.  Cargando más ojeras que recuerdos,  camino por la vida mirando al suelo... Las manos vacías de todo.  El alma llena de remiendos.  Y a la espalda cual mochila cargo los sueños que quedaron a medias.
Cierro los ojos.  Y aunque no sueñe imagino.  Y aunque me sienta morir se que vivo.  Se acompasa mi respiración y, sólo respiro.

Inhalación. Exhalación. La Vida hace su trabajo mecánico sin fallar un solo segundo.
Las mariposas de mi estómago se convirtieron en pirañas, que me atacan cada noche.  Y en silencio y a oscuras el dolor se acomoda en mi.  Se anuda a mi estómago y me apuñala en los pulmones.  Y respiro pero me falta el aire.  Sólo respiro. E intento dormir.  Y te apareces ahí, en mis sueños breves de madrugada. Deja de hacerlo, por favor. Duele despertar. Duele de verdad. 

Yo solo quiero dormir.  Pero dormir,  sin soñar(te).