Desde el cristal de la ventana sólo se veía niebla. O tal vez en realidad fuesen sus ojos los que estaban empañados tras el intenso derrame de lágrimas de la noche anterior. Quizás fuese una o tal vez las dos cosas.
Cada día estaba más vacía. Sentía que un hueco se estaba formando en su pecho tragándose poco a poco su corazón. No quería llorar. Quería ser feliz como lo era la chica de aquella película en la que bailaban tanto.
Y el silencio, a veces tan ensordecedor,ocupaba cada centímetro de su cabeza. Y ella sólo quería gritar y acabar con él. Pero nunca era suficiente. Él siempre era más fuerte que ella porque hacía tiempo que se había quedado sin voz.
Cada molécula de aire ingerida le provocaba dolor y un sudor frío helaba hasta la última gota de sangre haciendo que desease desaparecer. O tal vez aparecer, quién sabe, para que alguien la enseñase a sonreír.
Y es que, aunque nunca estaba, ella siempre estaba ahí,oculta en los más recónditos lugares. Amiga de nadie y compañera de todos. Paño de lágrimas que nadie agradece.
Como inerte, nadie recordaba su existencia, nadie añoraba su compañía y nadie tampoco por ella sentía compasión. El dolor de la ausencia la auto lesionaba cortando sus ya diminutas alas.
Y Soledad un día finalmente se consumió. Desapareció sin que nadie la echase de menos. Sin haber conocido el amor.
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Bueno, ésta ha sido la entrada de hoy :) No sé si os habrá gustado ya que es un poco rayada :)
Dejadme comentarios y me decís si os ha gustado o no :D
Gracias por pasar! ¡Mañana más! Peace&Love
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